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Cuando fuimos de viaje a Manchester eché una visual a los posibles sitios donde comer o cenar en la ciudad, ya que era la primera vez que iba por allí. Descubrí muy gratamente que en el centro de la ciudad había un Jamie’s Italian, que no es otra cosa que la cadena de restaurantes de comida italiana de Jamie Oliver.

Jamie Oliver posiblemente sea uno de los chefs más mediáticos de la actualidad gracias a su desparpajo y su cocina «democrática» pensada para que pueda disfrutarla cualquier persona. ¿Pero como se me ocurre pedirme una hamburguesa en un restaurante italiano ideado por un cocinero británico? Pues la verdad es que no tengo una respuesta para ello.

Me decidí por la hamburguesa que era una especie de lo que sería una hamburguesa al estilo italiano. La carne estaba formada por espaldilla y entraña (interpretaciones que hago de los cortes en inglés), el queso utilizado era mozarella, en vez de bacon llevaba mortadela y estaba acompañado de cebolla caramelizada y chiles verdes (entre otras verduras).

El pan era de semillas y realmente estaba muy bueno y esponjoso. La mezcla de los ingredientes, con especial atención al picor del chile verde, era bastante acertada y la mortadela estaba muy rica y le daba un toque especial. Sin embargo no podemos decir tampoco que fuera una hamburguesa excelente, pero sí más que correcta y para nada me arrepentí de pedirla.

Aquí se puede apreciar como la hamburguesa al apretar el pan no queda tan grande como podría parecer en la primera imagen, pero aún así tenía un tamaño más que aceptable.

De acompañamiento pedí lo que en la carta denominaban Posh Chips y que a día de hoy aún no se lo que era. Desde luego se lo que no eran, patatas fritas, pero aún así estaban ricos, recubiertos de parmesano.

Este es uno de los primeros platos, spaguettis fritos, recomendación de la camarera y fuera de carta. El sabor era algo raro, me recordaron a chanquetes, pero estaban muy buenos. Además es destacable saber que la pasta es fresca del día, tanto que puedes ver a una persona preparándola en la sala.

También pedimos para compartir bruschetta de queso y nueces, fuera de carta de nuevo, y estaban muy ricos también, aunque quizás algo escaso.

De postre compartimos una panna cotta y de nuevo un sabor muy agradable y realmente rico.

Esta era una vista del bar (donde tomamos algo antes sentarnos en la sala) que no hace justicia al local, ubicado en un antiguo banco y que respetaba la estructura original. Desde luego era impresionante.

Un vistazo a la carta, bastante grande y con un montón de cosas que pedir.

Tenéis más información sobre Jamie’s Italian en su página web.